Inflamación, evolución, condición. Claves para el bienestar.
Durante los últimos 50 años, científicos y médicos han comprobado la inflamación mediante las técnicas ESR (Tasa de sedimentación de eritrocitos, por sus siglas en inglés) y PCR (proteína C reactiva). Hoy en día, gracias a la evolución del conocimiento del mensaje inflamatorio que recibimos por el organismo, entendemos que cada citoquina o sustancia inflamatoria producida en el cuerpo contribuye al aumento de calor, como en una “olla a presión”.
Los silbidos de la válvula son los síntomas de una presión alta dentro de la “olla”. Con el fin de tratar las condiciones y enfermedades cada uno debería controlar los síntomas y reducir el calor de la llama.
Cada pocas semanas investigadores y médicos descubren nuevas citoquinas. Ahora sabemos a ciencia cierta que la nutrición puede combatir la inflamación así como los diferentes biomarcadores inflamatorios.
Nuevos componentes vegetales, como por ejemplo el aceite de Perilla, Inositol, aceite de grosella, son capaces de combatir los diferentes biomarcadores; por lo tanto, podemos definir y medir el nivel de inflamación del cuerpo (BAFF y PAF, sirtuinas y otras citoquinas), y así realizar un perfil alimentario personal (a través de la detección de IgG) sugiriendo una nueva manera de nutrición con el fin de conseguir salud y bienestar.