
Informes científicos atribuyen una prevalencia del 10% de la población, una cantidad 10 veces mayor que la sufrida por los pacientes celíacos (alrededor del 1% de la población), estamos hablando de una situación muy extendida y frecuente.
Desde la experiencia, muchos de los casos pueden recuperar la tolerancia alimentaria y volver a una dieta menos restringida, de la misma manera que ocurre en las inflamaciones alimentarias.
Varios trabajos científicos se han realizado con el fin de estudiar y definir las diferencias de una manera muy precisa.
El primer estudio, publicado por un grupo de investigadores italianos (Sapone A et al, BMC Med. 2011; 9: 23. Published online 2011 March 9. doi: 10.1186/1741-7015-9-23) describe las diferencias entre las dos condiciones. Resalta el hecho de que la enfermedad celíaca está relacionada con el desarrollo de la autoinmunidad conectada con la inmunidad adaptativa, mientras que la sensibilidad al gluten hay una activación de la inmunidad innata, más concretamente de la activación del receptor tipo Toll 2 (responsable de la creación de una respuesta inflamatoria inmediata y que justifica un bajo grado de inflamación, siempre presente en estas condiciones).
El segundo trabajo, publicado en American Journal of Gastroenterology, confirma la existencia de esta doble entidad (Biesiekierski JR et al, Am J Gastroenterol. 2011 Mar;106(3):508-14; quiz 515. Epub 2011 Jan 11). Este estudio australiano mostró que el colon irritable pueden ser inducido por el gluten sin ser una expresión de la enfermedad celíaca, incluso cuando hay una presencia parcial de DQ2 o DQ8.
Por lo tanto, hay buenas noticias para aquellos que sufren la enfermedad celíaca y que reciben un diagnóstico excesivo, y excelentes noticias para el mundo científico que trabaja con reacciones alimentarias. Los autores australianos escribieron una excelente cita: “La reacción al gluten no celíaca puede existir”. Inflamación al gluten existe, pero no es celiaquía.