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Sulfato de níquel

asparagus-tomatoes El níquel es un metal presente en muchos objetos de uso cotidiano y, por ello, es difícil evitar entrar en contacto con este elemento en nuestra vida diaria.

Lo liberan en cantidades mínimas las aleaciones metálicas, pero resulta poco tóxico debido a que el organismo apenas lo absorbe. Sin embargo, en ocasiones podría ser el responsable de algunas patologías, sobre todo las de contacto.

Además, también puede encontrarse como contaminante en el agua corriente y, aunque dicha contaminación sea prácticamente irrelevante desde un punto de vista toxicológico, puede acarrear problemas a las personas especialmente sensibles a esta sustancia; no obstante, una restricción total que conlleve el uso de agua embotellada, incluso, para cocinar es muy poco común y se limita a casos de gravedad extrema.

En los últimos años está aumentando la frecuencia de las alergias, reacciones e inflamaciones causadas por el níquel. Aunque hay muchos expertos que opinan que su origen se debe únicamente al contacto con las aleaciones metálicas que lo contienen, según estudios recientes una buena parte de estas patologías se curan -o al menos mejoran de manera importante- siguiendo una dieta de rotación, como recomienda BioMarkers, con respecto a los alimentos con alto contenido en sulfato de níquel.

Una de las causas que ha provocado una mayor presencia de sobrecargas por sulfato de níquel se debe al uso masivo por parte de la industria alimentaria de grasas vegetales hidrogenadas y no hidrogenadas. Dada la presencia de abundantes residuos de sulfato de níquel en la elaboración de las grasas vegetales, la dieta de las personas con inflamación debida al níquel es hoy una dieta que restringe muchos los alimentos industriales.

La posibilidad de que las sales de níquel se introduzcan por vía de la alimentación se ha convertido en un problema significativo. Por medio de recientes trabajos científicos se ha demostrado con precisión que la sintomatología típica de la alergia al sulfato de níquel también se debe en realidad a la introducción en la alimentación de sustancias que contienen este compuesto. En muchos alimentos se halla una mínima concentración de sulfato de níquel, pero nosotros preferimos elegir una dieta que tiene en cuenta únicamente los alimentos que lo contienen en mayor cantidad.

En especial, se evitan en la dieta rotacional cereales con contenido en níquel como el maíz y la avena, aunque el mijo, el trigo sarraceno, el trigo y el arroz también tiene concentraciones de este metal pero en una proporción muy inferior. Por lo tanto, en estos últimos cereales, como norma general, se considera que la presencia de níquel en el grano (cereal o extrusionado) es desdeñable, mientras que la molienda de la harina conlleva una presencia variable y normalmente elevada de residuos de níquel.

En caso de sensibilidad acusada, es posible que algunos de los cereales nombrados anteriormente también deban tenerse en cuenta como alimentos con contenido en níquel, pero sólo bajo indicación médica específica.

Lista de alimentos con alto contenido en níquel, a evitar en la dieta rotacional de acuerdo con las instrucciones dadas

  • Espinacas, champiñones, kiwi, cacao, tomate, pera, espárragos, ruibarbo, pasas, ciruela.
  • Lentejas: estas legumbres son las de mayor contenido en níquel. Judías, garbanzos y guisantes (en orden decreciente) contienen una cantidad inferior, por lo que es posible utilizarlos pero no diariamente.
  • Maíz y cebolla: no se deberían utilizar en grandes cantidades, como una bolsa de palomitas o una sopa de cebolla, pero un poco de cebolla para dar sabor o maíz en la ensalada es permisible.
  • Avena: considerados uno de los cereales con más alto contenido en níquel.
  • Arenques, ostras y cualquier alimento enlatado.
  • Frutos secos y semillas oleaginosas: almendras, avellanas, pistachos, piñones, cacahuetes, nueces, semillas de sésamo, coco deshidratado (suelen encontrarse en forma rallada en dulces), semillas de lino, pipas de calabaza y girasol, todos ellos se deben evitar. El médico puede recomendarlos pero con moderación, aun así, sólo cuando no estén tostados y sin cáscara. Durante el tostado y el proceso de conservación se suelen alterar los aceites contenidos. La harina de “kokkoh” contiene sésamo.
  • Margarina y aceites vegetales (hidrogenadas y no hidrogenadas): en su elaboración se utilizan diferentes tipos de aceites, como el de maíz, soja y cacahuete. En la industria alimentaria se suelen utilizar como espesantes, y desgraciadamente su presencia es bastante común. A parte de las raras excepciones, los aceites vegetales están presentes en los siguientes alimentos producidos industrialmente y, por lo tanto, deberían ser eliminados de la dieta. Son aquellos que están empaquetados como galletas saladas (crackers), galletas, colines, patatas fritas; panes especiales (como panes con sabores, con aceite, con trigo integral, de molde, focaccia, picatostes), chocolate, helados, caramelos y toda la bollería industrial (pasteles, galletas, croissants y aperitivos), cubos de caldo (incluso el vegetal), algunas mermeladas, comida rápida y alimentos fritos.

Además de los alimentos de la lista anterior, la dieta rotacional también se debe aplicar a todos los alimentos cocinados que contengan cualquier tipo de aceite ya que el proceso de cocción modifica de una manera similar a la hidrogenación. Incluso cuando en la etiqueta indique la presencia de “aceite no hidrogenado” o “aceite natural”, no se puede estar seguro de la composición final de los aceites después del proceso de cocción.

Atención especial al tabaco: fumar tabaco no solo pone en contacto el níquel con la boca y los ojos, sino que también llega al fondo de los pulmones y, sobre todo, permite su entrada en el torrente sanguíneo inmediatamente, por lo que la concentración de níquel en el organismo crece de modo notable. A partir de la combustión de las hojas de tabaco a tan solo 43ºC se desarrolla la producción de carbonilo de níquel, que se inhala o pasa a la sangre a través del contacto con la mucosa. Reducir el aporte de níquel a través de la alimentación es fundamental, pero no se conseguirá un auténtico equilibrio si se sigue introduciendo mediante el tabaco.