
Mucha gente confunde la reacción inmune a la proteína de la leche con la intolerancia a la lactosa. Ésta última es una forma de intolerancia bioquímica debido a la falta de la enzima lactasa, la cual se encarga de romper los azúcares de la lactosa para hacerlos digeribles, y así mejorar los fenómenos intestinales.
Sin embargo, la reactividad a la leche y proteínas de la leche de vaca causan una respuesta inflamatoria generalizada, implicando al cuerpo entero, y puede ir acompañado de migraña, colitis, acné, artritis así como inflamación y dificultades digestivas.