
Durante años, los investigadores se han centrado en tratar los puntos finales de la enfermedad en lugar de buscar la razón en torno a las causas medioambientales y alimentarias.
Buscando los desencadenantes de un trastorno de amplio espectro pueden aportarnos resultados asombrosos e inesperados, especialmente cuando el proceso de resolución considera causas modificables, como las relacionados con el comportamiento y los hábitos.